Lava delicadamente todo tipo de cabellos, incluso los más delicados y castigados, respetando su equilibrio natural. Equilibra y normaliza el cabello y el cuero cabelludo, garantiza su cuidado y permite utilizarlo frecuentemente. Regula las glándulas sebáceas evitando la excesiva producción de grasa y sus problemas asociados como la caspa o la caída. Aporta brillo, suavidad y soltura.